No quiero mirarte a los ojos
y saber que no hay mas allá de tu pupila
que aquel brillo que alguna vez mire
se ha convertido en ceniza.
No quiero ver tus manos vacías
y saber que el tiempo las ha transformado
que aquellas caricias que diste
se han convertido en rigores.
No quiero que tu boca me encuentre
y saber que lo que emana son mentiras
que aquellas palabras clavadas
se han convertido en un arma.
No quiero verte más
y saber que nunca exististe en verdad
que esa persona que esta frente a mi
se ha convertido en un extraño sin fin.