miércoles, 20 de mayo de 2009

Martes 19 de mayo del 2009.

10:26 pm.

Las personas se acercan lentamente; los observo borrosos, lejanos, ajenos.

Algunos de ellos derraman lágrimas sobre mí. No entiendo el porque.

A lo lejos observo a mi familia. Mi madre la mujer fuerte y luchadora, hoy luce cansada, triste, su llanto no cesa, sus ojos están hinchados, su rostro no es el mismo, una sombra opaca su belleza.

Mi padre, el hombre trabajador, responsable y coherente; abraza a mi hermana, también llora, jamás lo había visto llorar, me da miedo, me preocupa ver como se encuentra desconsolado y no se porque. No es el mismo de ayer, su cordura ha desaparecido y se ha convertido en desesperación.

Mi hermana, la soñadora, la de la sonrisa única, tierna y noble; se encuentra con la mirada perdida, ella no llora, esta enojada, lo puedo notar en su rostro, me mira con coraje, algo me reprocha.

Esta toda mi familia; desde mis primos los mas pequeños hasta los mas grandes, mis tíos, esos que veo cada año y mis abuelos con los que no he tenido relación alguna. Mi familia que realmente no es familia, con los que no convivo mucho.

Hablan entre si se acercan a mis padres, algo susurran al abrazarlos, todos salen y entran; mis primitos los consentidos lloran, y mi sobrina Natiz esta asustada. Los demás clavan la mirada en la nada. Esta noche igual que antes, no los conozco, no se quien son como persona, pero ahora menos los entiendo. ¿Que hacen aquí? ¿Por qué tienen esa cara de sufrimiento?

También puedo notar que mis mejores amigos, los que nunca había visto reunidos, hoy lo están.

Sergio mi ángel de la guarda; observa callado, llorando en silencio. Su seriedad no es normal, el siempre sonríe el siempre canta y ahora no lo hace.

Angélica, mi hermanita del alma, esta junto a mi; algo murmura, no entiendo su voz se corta y sus palabras pesan. ¿Por qué ella tampoco ríe? Quiero que me contagie con su risa escandalosa de siempre.

Fabián, mi amargosito, el que siempre me hace bromas y el que nunca se enoja también esta a mi lado. El solo me observa fijamente, su mirada algo me pide, esta tomando mi mano y la aprieta fuerte.

También observo que están mis amigos, personas que admiro, que amo, personas que he conocido a lo largo de mí vivir. Están los que en algún momento existieron, los que se quedaron, los que se fueron y los que siguieron: Vianey, Viri, Jorge, Oswaldo, Ruben, Lilia, Brendita, Kika, Sony, Agustin, Katy, Bere, Sandy, Yazu, Meli, Orestes, Cesar, Ricardo, Yamile, Gricelda, Toño, Lalo, Jasmin, Omar, Pauz, Daniel, Javier, Roberto, Marifer, Nohemi, Neftali.

¿Que hacen todos aquí?

Sigo sin entender, ni siquiera en mi cumpleaños todos se reúnen.

Así que decido investigar que pasa. Camino al centro del lugar, hay una caja, no se que es.

Observo, me acerco, es un ataúd, ¿un ataúd?

¿He muerto?

He muerto!!!

Ahora entiendo, las miradas, las palabras, las lagrimas.

He muerto!!!

Tengo miedo, no se como fue, no quiero, aun no es tiempo, tengo que abrazar a mi familia una vez mas decirle todo lo que no dije, aun tengo charlas pendientes con mis amigos, quiero abrazarlos fuerte, decirles cuanto los quiero.

Tengo muchas cosas por hacer que no he hecho. No puedo estar muerta, no quiero estar muerta.

Que alguien me escuche, por favor!!!

Han pasado algunos minutos, mi desesperación desvanece, nadie me escucho, y es lógico, estoy muerta.

Todo pasa por mi cabeza. Se que fui luchadora y en extremo apasionada, tuve mil defectos que no pude corregir. Pero fui sincera conmigo y con las personas que me rodearon. Ame la vida, con sus fortalezas y debilidades, sonreí y llore. Me caí cientos de veces y las mismas veces me levante. Aprendí de lo mas mínimo y tome lo bueno y lo malo que me hiso crecer como persona. No fui perfecta, solo fui quien debía ser.

Creo que nunca es tiempo de morir, hoy yo lo hice, y si quedaron muchas cosas pendientes, pero debo celebrar por las cosas hechas.

Todos los que están aquí, saben que los amo, en vida y en muerte, en presencia y en ausencia.

Les dejo una pequeña huella lo que fui.

Ahora seré un suspiro…

Rebeca Landa Hernández, murió a la edad de 20 años.

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