Me robas la calma
en ese beso fingido,
en el abrazo sincero,
en tu encuentro furtivo.
En el eco de tu voz
la piel se estremece,
el aire falta
y el corazón se desborda,
ante tu presencia
y aun más en tu ausencia.
Te pienso en los segundos que le robo a los minutos,
te pienso entre el alma y los anhelos.
Te acaricio al nacer bajo mi corazón
en esta lucha de que dos más dos de el resultado de uno.
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