Hace algunos meses atrás,
los síntomas de tristeza eran sumamente familiares:
la pesadez de los ojos,
lagrimas,
dolor de cabeza,
intolerancia,
frio
y la necesidad de dormir.
Hoy aparecieron de la nada
durante una clase
y al llegar a casa, se agudizaron,
y trato de encontrarle razón
y no aparece.
Solo me he dado cuenta,
que las escaleras son interminables,
que ya no existen flores
Y que dentro hace frio.
Pero el lugar, se ha convertido en el hogar perfecto,
para los síntomas de tristeza.
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